El delegado del Estado, Fran González, ha presentado esta mañana junto a Ignacio Hernández, profesor de Ecología de la UCA, y Adela Torrico, técnica de proyectos de Tragsa, las conclusiones del Plan de Descarbonización puesto en marcha por la Institución Fiscal hace un año
El plan se está desarrollando en tres fases: se ha culminado el cálculo de la huella de carbono de la actividad del Consorcio en la provincia, con un resultado de 872,071t CO2; se ha validado y registrado la huella; y se están estudiando e implementando medidas de mitigación y compensación de las emisiones, con las que se va a lograr alcanzar una huella cero
La Zona Franca ha encargado al Laboratorio de Carbono Azul del Área de Ecología de la UCA el estudio de cuatro marismas mareales ubicadas en la Bahía y sin uso de las que se ha seleccionado la salina de San Joaquín en Chiclana para ser restaurada con un proyecto piloto de carbono azul, hasta diez veces más eficiente como sumidero que el carbono verde
Fran González ha destacado que “la Zona Franca de Cádiz se sitúa a la vanguardia del sector público estatal con este Plan de ‘Huella cero’, abriendo una línea de trabajo en torno al carbono azul para recuperar el patrimonio natural de la Bahía, en el marco de la consolidación de un modelo industrial 4.0 más sostenible e innovador”
La Zona Franca de Cádiz sigue avanzando en su compromiso por un modelo industrial más sostenible, eficiente y comprometido con el medio ambiente. El delegado del Estado en el Consorcio, Fran González, ha presentado esta mañana junto a Ignacio Hernández Carrero, profesor de Ecología de la UCA, y Adela Torrico, técnica de proyectos de Tragsa, los resultados del estudio de su huella de carbono que anunció hace ahora un año en el marco de la Estrategia de Descarbonización del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
El Plan del estudio de la Huella cero de la Zona Franca se está abordado en tres fases, de las que ya se han culminado dos: el cálculo de la huella y su validación y registro en el Ministerio. En la actualidad, se está desarrollando la tercera fase, con la implementación de medidas de mitigación y compensación que permitan al Consorcio alcanzar la huella cero.
Así lo ha anunciado al comienzo de la presentación Fran González, quien ha agradecido “la colaboración institucional con Tragsa y la UCA para enriquecer un proyecto que destaca por sus innovadoras medidas de compensación de las emisiones de CO2 con carbono azul, una línea de trabajo que sitúa al Consorcio a la vanguardia del sector público estatal y que fortalece la apuesta por un modelo de industria 4.0 más comprometido y en la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS”.
El delegado de la Zona Franca de Cádiz ha explicado que Tragsatec –grupo Tragsa- ha sido la empresa encargada de medir y calcular las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) directas e indirectas de todas las instalaciones del Consorcio y de sus empresas participadas en toda la provincia.
Adela Torrico, técnica de proyectos de Tragsa ha explicado que el periodo estudiado ha abarcado todo el año 2023, habiéndose obtenido un resultado de 872,07 toneladas de CO2 eq,, de las que el 95% corresponde a “fugas de gases fluorados derivados de los sistemas de climatización y refrigeración, mientras que el 4,40% corresponde a las emisiones ocasionadas por el transporte por carretera”.
Sobre estos datos, que sitúan a la Zona Franca muy cerca de los obtenidos por otras instituciones públicas como el ICEX o el Ayuntamiento de Reinosa –entre las entidades registradas en 2023- el delegado de la Institución Fiscal ha querido resaltar que “es una huella de carbono de impacto relativamente bajo. Por comparar, el consumo eléctrico de un hogar medio es de 7,5 toneladas al año, por lo que la Zona Franca tiene una huella equivalente a la que emiten 110 viviendas en un año”.
En esta línea, González ha subrayado que “la obtención de una huella relativamente baja es fruto del trabajo que ya se viene desarrollando desde 2021 con un Plan Integral de Modernización y Mejora de instalaciones, en el que se han invertido más de 2,5 millones de euros en proyectos como la renovación de los equipos de climatización, renovación de la flota de vehículos eléctricos, la instalación de cuatro electrolineras o mejoras en las redes de abastecimiento y saneamiento, entre otros, además de medidas como el teletrabajo”.
Esta línea de trabajo acometida por el Consorcio entronca directamente con los ejes de actuación propuestos por Tragsatec para implementar medidas que mitiguen la huella de carbono, entre los que destacan un sistema de control centralizado de los edificios, que está en estudio y en el que se van a invertir más de 700.000 euros; o la implantación de energías renovables, medidas con las que se podría reducir la actual huella de carbono en un 90% aproximadamente.
González ha puntualizado que este proyecto de estudio de la huella de carbono no es una foto fija sino que va a ser un trabajo continuado en el tiempo. De hecho, una vez sabido el total de la huella de 2023 y la puesta en marcha de las medidas de mitigación se valorará si éstas han dado resultado, en cuyo caso la Zona Franca obtendrá el sello “Reduzco” que ofrece el Ministerio para la Transición Ecológica a las instituciones que reducen su huella de carbono. La Zona Franca ha obtenido ya el sello de “calculo” una vez ha registrado la huella de carbono el pasado mes de abril en la Sección A de Huella de Carbono y de compromisos de reducción de emisiones GEI del Ministerio.
Proyecto piloto con carbono azul
El Plan de descarbonización de la Zona Franca va más allá de las medidas de mitigación. González ha explicado que el Consorcio ha seguido su apuesta por la Economía Azul y ha abierto una línea de trabajo que va más allá de actuar sobre bosques y carbono verde para compensar el resto de la huella de carbono.
En esta línea, la Zona Franca ha encargado al Laboratorio de Carbono Azul del Área de Ecología de la UCA un estudio sobre proyectos de carbono azul para la compensación de emisiones de gases de efecto invernadero en el ámbito de la provincia de Cádiz, cuyas conclusiones ha desglosado Ignacio Hernández Carrero, profesor de Ecología de la UCA.
Se han estudiado cuatro marismas mareales abandonadas o sin uso en la Bahía de Cádiz, San Pedro y San José (La Covacha), Divina Pastora y salina de San Fernando, en Puerto Real; y San Joaquín, ubicada en Chiclana. De las cuatro, se ha seleccionado la de San Joaquín que se va a recuperar con una intervención pionera de carbono azul, lo que va a permitir compensar sobradamente el 10% restante de la huella de carbono del Consorcio, ya que esta salina podría absorber 124 toneladas de CO2 al año a ser regenerada.
El delegado del Estado en la Zona Franca de Cádiz ha recalcado la importancia de actuaciones de este tipo, que se ha presentado además al secretario de Estado de Medio Ambiente con una valoración muy positiva “porque queremos dar ejemplo como administración pública y liderar en la provincia de Cádiz la estrategia para la descarbonización abriendo un camino en torno al carbono azul -con pocos precendentes en este ámbito-, recuperando las salinas como fuente de riqueza y pulmón azul de la Bahía, conscientes de que son fundamentales para regular el clima, frenar la erosión costera y proteger el patrimonio y la biodiversidad”.
“Por eso, estamos estudiando la reserva demanial de la salina de San Joaquín para poder actuar en el proyecto piloto que nos permita en el futuro ampliar a otras salinas del territorio con proyectos de carbono azul, que se ha demostrado que son clave para la salud climática gracias a las grandes cantidades de oxígeno que generan y que suponen una oportunidad para seguir sumando entre todas las instituciones para referenciar la marca Cádiz como ejemplo de innovación, de investigación, de atracción de talento y de compromiso por el desarrollo sostenible, el progreso y el crecimiento económico”, ha concluido González.